Me sentía triste, marchita, casi que incapaz de encontrar el método para poder hallarme de la manera que anhelaba: "feliz".
Solía ser una chica que se exasperaba con la simple idea de estar triste, de sentirse derrumbada, inferior a alguien, o peor aún, subestimada. Poco caía bien a los demás, pero me parecía suficiente tener unos pocos amigos. Nunca le di trascendencia a nada ni nadie, me estaba volviendo una rompe corazones, alguien a quien no le importaba terminar una relación de amistad, de pareja, lo que fuese.
Me sumergí en el mundo de la lectura, solía leer muchísimo; me encantaba lo que un libro lograba dejarme, un poco de Neruda, Benedetti, García Márquez o Vargas Llosa en las noches, era lo mejor que pude haber encontrado, después de haber terminado una relación algo tormentosa y tóxica.
Habían pasado varios meses; hasta que un día, alguien cambió algo, hablamos pero fue diferente a lo que siempre esperé para hablar con una persona que no conocía físicamente, ese tipo de conversaciones que te atrapan de alguna manera, sin que tu te des cuenta el momento en el cuál pasó aquello, y si, estuve acostumbrada a tener conversaciones muy superficiales y más en esa situación, hablar solo por una red social, pero fue diferente con aquella persona.
Estuve casi toda la noche pensando no en esa persona, sino en esas palabras que fueron tan pocas y tocaron por primera vez mi consciencia. Seguimos en nuestras charlas nocturnas, conociéndonos un poco, cada vez.
Esta situación fue algo imprecisa, pero lo necesitaba en mi vida y llegó en el momento justo, lo que escribí en el título una "simple imprecisión".
Al final digo, o mejor dicho escribo, a pesar de todo lo que pasó, lo extraño, maldita sea y aún lo quiero.
"Aún conservo una foto tuya que tomaron mis ojos mientras sonreías."
-Ama Baliena.
Para no ser tan aburridora con algo muy largo, quiero confesar, después de lo que presencié con esa persona mi vida ha cambiado un poco, a pesar de lo que ha pasado en todos estos meses. Todo tiene sus aspectos buenos y malos, de la manera que se quiera ver. Termino citando:
"Posiblemente me quería, vaya uno a saberlo, pero lo cierto es que tenía una habilidad especial para herirme."
-Mario Benedetti, La tregua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario