"Pasarás por mi vida sin saber que pasaste,
pasarás en silencio por mi amor y al pasar
fingiré una sonrisa como un dulce contraste
del dolor de quererte... y jamás lo sabrás.
Soñaré con el nácar virginal de tu frente,
soñaré con tus ojos de esmeraldas de mar,
soñaré con tus labios desesperadamente,
soñaré con tus besos... y jamás lo sabrás.
Quizás pases con otro que te diga al oído
esas frases que nadie como yo te dirá
y, ahogando para siempre mi amor inadvertido,
te amaré más que nunca... y jamás lo sabrás.
Yo te amaré en silencio... como algo inaccesible,
como un sueño que nunca lograré realizar
y el lejano perfume de mi amor imposible
rozará tus cabellos... y jamás lo sabrás.
Y si un día una lágrima denuncia mi tormento,
-- el tormento infinito que te debo ocultar --
te diré sonriente: "No es nada... ha sido el viento".
Me enjugaré la lágrima... ¡y jamás lo sabrás!"
- José Ángel Buesa, Renunciamiento.
En esta noche, quiero compartir el poema Jose Angel Buesa, llamado Renunciamiento.
Encuentro un gusto peculiar, porque es para esas personas que no se atreven a decir lo que sienten, por la razón que sea, para los que "tragan" las cosas, que no dicen lo que deben decir en el momento, ni nunca, que buscan instantes perfectos que nunca llegarán, que buscan una y mil excusas como justificación a sus aplazamientos y pasan minutos, horas, segundos, y jamás se lanzan al vacío.
Para aquellos que aún no han entendido que de lo único que uno debe arrepentirse es de cosas que no se hicieron.
Para todos ellos, va este bello poema, sobre todo para mi, también, por supuesto, para aquellas personas que, inocentes, nunca se enterarán de los tesoros y secretos guardados en lo recóndito de las miradas perdidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario