sábado, 25 de noviembre de 2017

Tan sólo dejó...


No han sido los mejores días, tuve una felicidad inigualable cuando comenzamos a hablar, fue algo muy casual, podría llamarlo F, pues aquel F en mi vida llegó en el mejor momento, comenzamos a conversar, fue él el primer en hablarme, era como amigos. Hablábamos lo normal, de sus intereses, que le gustaba, como era su vida, su estudio, cuáles eran sus hobbies, muchas cosas normales que uno habla con una persona.

F, en particular es como cualquiera de mis amigos, alguien totalmente diferente a lo que me atraía de alguna manera, por eso no fue tan difícil hacer conversación, igual era como hablar con uno de mis amigos. Cuando hablábamos, me hacía reír muchísimo, y de vez en cuando hacía sus respectivos halagos que al principio, los veía inocentes, porque para mi era un amigo más.
Físicamente  lo tiene todo, iba al gym y jugaba fútbol, pues si él era atractivo pero eso no fue impactante ni hacía que despertara algún interés en él.

Seguíamos hablando, lo normal, seguían los cumplidos y esas cosas hasta que unos días de comenzar a tener conversación comenzamos a hablar a cerca de temas si, sexuales, algo así como qué me gustaba, que no, que me gustaba que me hicieran, era una buena conversación, sólo eran preguntas sexuales pero sin algún tipo de coqueteo o malicia. Pero me interesó sus gustos para el sexo, o sea, era interesante conocerlo en esa parte y comencé a notar que teníamos gustos similares y así comenzamos a coquetear y no muy sutilmente.
A mi, al principio me pareció algo para jugar pero luego, unos días después que comencé a interesarme un poco más en lo que le gustaba, no solo en la parte sexual, si no su vida, a qué se dedicaba, que le gustaba en una chica, cosas de ese estilo.

Comencé a sentir la química mutua, hablábamos todos los días, durante el día. Le contaba cómo me iba en el día y si estaba en la universidad, respondía cada vez que podía. Le contaba absolutamente todo y de alguna manera a mis problemas, trataba de buscarle una solución razonable, me ayudaba mucho y aunque todo fuese por un medio telefónico, me hacía muy feliz.
Me encantaba hablar en las noches con él, o un sábado cualquiera que estaba sola en mi casa y decirle lo mucho que quería que estuviera conmigo, que quería abrazarlo, besarlo, sentirlo junto a mi.

Para no alargar mucho la historia y no entrar en muchos detalles; todo terminó sin una explicación alguna, tan sólo dejó de responderme un día a pesar de que le escribiera pero no lo hizo. Desapareció un día, sin decir nada más y eso fue lo que más dolió.

Sólo queda decir, te extraño F.



"Dicen que cuando extrañas a alguien, ellos probablemente estén sintiendo lo mismo, pero no creo que sea posible extrañarme de la misma forma en que te extraño yo."

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